El Niño, El Arte y La Paz

Formar Generaciones para la Paz


EL ARTISTA ARNALDO MOLINARI

ARNALDO MOLINARI – CURRICULUM

Nació en Buenos Aires en el barrio de Almagro, donde transcurrieron sus primeros años de su vida.

Durante la Escuela Primaria, tomó clases particulares de Dibujo.

Realizó su Bachiller en el Colegio Mariano Moreno culminando sus dos últimos años en el Colegio Juan José Paso.

Hizo su especialidad en Letras y Artes.

Realizó estudios de Espacio Plástico y Escenografía en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires y Lisboa.

Fueron sus maestros Guillermo de la Torre, Saulo Benavente, Olga Larrosa, Ana María Méndez y Graciela Torres.

Emigró al Perú, que es su residencia permanente donde tiene su Taller.

Realizó exposiciones individuales en EE.UU., Los Ángeles y Hollywood, New York, Perú-Lima y Argentina-Buenos Aires.

Concibió y realizó por primera vez una exposición en una Fábrica en funcionamiento.

Creó el Primer Museo al Aire Libre teniendo como eje espacial el árbol y siendo en la Historia de la Pintura el Primer Retratista de Almas.

“La Obra Pictórica se relaciona con las vanguardias del Arte Argentino, en especial el Arte Madi de acuerdo a la inscripción realizada por la crítica y Curadora Rosa Faccaro.

En el encuentro con el artista Kosice “Fundador del Arte Madi”, revisan la “Remitencia al Arte Madi en la ruptura del Marco octogonal y colores no sujetos a un orden establecido, escrituras pictóricas proyectadas sobre soportes y estructuras de bases. El modelo constructivo ha mantenido una línea plástica, transformándose creativamente en forma permanente”.

LAS OBRAS DE ARNALDO MOLINARI SE ENCUENTRAN EN:

  • Naciones Unidas EE.UU.
  • Universidad de New York
  • Sinagoga de New York
  • Consulado del Perú en los Ángeles
  • Consulado del Perú en New York
  • Pertenece al Acervo de la Galería Jadite – New York
  • Ministerio de Economía y Finanzas del Perú
  • Palacio de Gobierno de San Luis República de Argentina
  • Sinagoga Adath, Israel – Buenos Aires República de Argentina
  • Colecciones Privadas y Públicas

ARNALDO MOLINARI

Arnaldo Molinari Angeloni, nacido en Argentina, siguió estudios de pintura en Buenos Aires y en Lisboa. Radica en nuestro país desde hace muchos años.

Este artista ha realizado exposiciones en New York y en su país donde es reconocido como un pintor de vanguardia.

En Buenos Aires, el año 2003 realizó una instalación en “La fábrica” que fue intervenida íntegramente mientras los trabajadores realizaban sus labores habituales recibiendo muy buena crítica de la prensa. 

En Lima ha intervenido la cuadra 46 de la avenida Petit Thouars para instalar sus obras en la calle, las que van acompañadas con metáforas buscando la integración del arte con el hombre común.

El temperamento apasionado de Molinari aparece reflejado con inusitado vigor en su obra. Es importante destacar en ella la factura nerviosa y el trazo grueso cargado de empaste que confiere al conjunto una palpable densidad. De este modo el pintor manifiesta su estado de ánimo y lo expresa utilizando colores contrastados como una respuesta a un mundo regido por el caos y el desconcierto.

El artista opta por soluciones un tanto individuales que conectan con la estilística de la angustia y el deterioro, el gusto por construir mediante materiales no convencionales a lo propiamente pictórico.

Existe una manifiesta rebeldía en la actitud de Molinari. Esa rebeldía se patentiza cuando utiliza las manos que significa un acercamiento a la materia para lograr surcos, grietas en la superficie pintada o bien los incesantes gestos creando angustiosos tramados circulares que buscan la consonancia con las mutaciones constantes del universo, de las personas y las situaciones.

El aire rojo fluye atexturado en analogía a las corrientes de las formas que se arremolinan independientes no como meras abstracciones sino como clara representación de la energía de la creación que atraviesa el tiempo y el espacio.

Muchas veces se ha planteado la relación de conjunto del arte gestual con la filosofía existencialista y más aún con las ideas relativas a la nada propuestas por Heidegger. En cualquier caso el arte es la respuesta dada por el artista a la problemática de su tiempo. En este caso Molinari es protagonista esencial de una época signada por la destrucción de los valores de la humanidad.  

Jorge Bernuy
Crítico de Arte
Lima-Perú

LUNDERO. Publicación Cultural de “La Industria”
Chiclayo-Trujillo (Perú), mayo de 2010. Año 32 Nº 377.


NOVEDOSO ARTE EN CALLES DE MIRAFLORES

Por: Jorge Bernuy

En cierto sentido la obra de Arnaldo Molinari ilustra como ninguna otra en nuestro medio artístico esa discutida ver­dad de que el arte escapa a la compren­sión absoluta de sus contemporáneos. Porque aunque no se tenga todavía la adecuada perspectiva temporal para captar cada una de las implicaciones de la obra y carezcamos de una visión defi­nitiva y clara del contexto histórico y so­cial en el cual deben medirse sus valores no deja de ser cierto e intrigante que sea incomprendida y rechazada inicialmen­te. Luego a medida que pasa el tiempo y entendemos sus afirmaciones, a medi­da que aprendemos a mirar sin preven­ciones sus pinturas nos percatamos de que éstas presentan esos visos de intui­ción o de evidencia en las cuales se apoya en muchos casos el reconoci­miento de la sensibilidad de este artista. Además claro está de que pone en evi­dencia una claridad de intenciones sobre las cuales se apoya otro tipo de recono­cimiento igualmente relevante en el mundo contemporáneo del arte.

Desde sus inicios la obra de Molinari camina de forma clara hacia la abstrac­ción. Se siente influenciado por los escri­tos de los Salmos y no hay duda de que su búsqueda de imágenes coincide exac­tamente con la búsqueda de una formu­lación abstracta de potencia y tensión. Una abstracción que estuviese compene­trada y regulada por la iluminación de la imagen de forma que se consiguiera la importancia y la subjetividad de un gráfico derivado de la anterior presencia de las formas y de su movimiento en el espacio conseguido por medio de un pro­cedimiento técnico. Molinari logra así un arte de sensaciones pictóricas inmediatas y concretas.

Sin embargo los elementos aislados de la imagen, del color, de la estructura y de la acción de la brocha se compen­san con gran unidad porque hay una lu­cha por unificar la superficie y evitar la fragmentación al tiempo que va creando un espacio inseparable de las imágenes y de los procedimientos técnicos.

El grafismo y su trascripción directa del gesto conservan, afirman y graban en el espacio una especie de recorrido  definido. En el espacio el trazo talla su marcha, abre una brecha por la violen­cia, se destaca la proporción a su ener­gía y comienza a nacer una forma. La línea se convierte en evocadora del dina­mismo.

Por lo general la pintura de Molinari no nace del caballete, las fija en las pa­redes o en el suelo. Necesita la resisten­cia de una superficie dura. En el suelo está a sus anchas, se siente más próxi­mo, más cerca del cuadro, puede girar en tomo suyo, trabajar sobre los cuatro lados sin dejar de estar literalmente en el cuadro. Introduce en su pintura una par­te del azar como materia prima para lanzarla en chorros o pinceladas sueltas y I gruesas sobre el lienzo colocado en el suelo.

Su arte deja de ser producto de una reflexión o de una asimilación y se con­vierte en proyección pura. Se produce una llamada al azar y a lo accidental.

Molinari desafía una de las constantes básicas que son el formato de los cuadros modificando las tradicionales for­mas del cuadrado y el rectángulo de los lienzos para adaptarse con frecuencia a esquemas geométricos caprichosos, así surgen los soportes de formas libres utili­zando toda clase de pinturas en óleo o acrílico, spray, pinturas de tarro, sopor­tes de alambre, vidrios, tejidos metálicos que incorpora a las obras. Nótese la voluntad de romper las barreras entre arte y tecnología. De algún modo el expresionismo abstracto está presente en su obra, sobre todo la influencia de De Kooning al utilizar ciertas técnicas y los pinceles grandes.

Arnaldo Molinari Angeloni nacido en Argentina realiza sus estudios en Buenos Aires y luego en Portugal. Al llegar al Perú de vacaciones fascinado por nuestra cultura decide radicar en Lima y dedicarse a la pintura. Realiza su primera muestra en la galería de Petro Perú. Después de 17 años regre­sa a Buenos Aires y realiza su primera intervención titulada “Libertad y fraccionamiento”. El espacio elegido por el artista fue la unidad cultural “La fábrica” fundada en 1910 y que era una productora de aluminio que quebró en los años 90 a raíz de la entrada de productos importados. Por este motivo la fábrica recibió un subsidio del gobierno y en contraprestación debía realizar actividades culturales en sus instalaciones.

Molinari instala 60 obras de formato grande interviniendo todos los espacios de la fábrica. Esta muestra fue muy visitada y comentada por la prensa. Posteriormente exhibe en el Centro Cultural Borges. En Lima Molinari empieza su segundo proyecto de intervención en la cuadra 46 de Petit Thouars donde él vive: comienza por instalar una obra esculto-pintura frente a la puerta de su casa. No hay protestas, más bien los vecinos encuentran agradable esta propuesta. Luego intervendrá la esquina de la calle Teneaut, Petit Thouars, Orué y Salaverry con obras grandes de 4 x 1.20, media­nas y pequeñas realizadas en distintos materiales con lo que logra una sensación agradable que vale la pena mirar, que no han de ser leídas por sus motivos simplemente como pinturas.

Al simple espectador que pasa por ahí le crea una interrogante, una inquietud sobre lo que si ve es arte o no. No lo destruye, lo respeta, lo comenta y piensa que algo nuevo está viendo y el vecino que convive con la obra se familiariza con ella. De esta forma ha cumpli­do su objetivo de llegar a las masas con un arte que se puede tocar, convivir con él fuera de las galerías y museos, apoyado por los vecinos y las autoridades como es el caso del Alcalde que ha bautizado el lugar como la “calle de la luz y la paz” en una ceremonia especial.

Este singular proyecto que por primera vez se realiza en Lima, según Molinari cada cuatro años se cambiará con otras obras en una nueva propuesta y si es posible irá creciendo. 


ARNALDO MOLINARI

En la obra de Arnaldo Molinari podemos observar un desarrollo espiritual paralelo a su proceso creativo en cada etapa o período de su producción artística.

Sus emplazamientos dimensionales de marco irregular geométrico, estructuran un campo de superficies flotantes, en el cual se visualiza un relato, una narración.

En esta etapa, el árbol figura arquetípica y metafórica de las Sephirot donde residen los valores de la sabiduría se hace cuerpo encarnado de un estado, de un deseo, de una movilización interior. Esto ocurre en el campo real y en el campo imaginario, en una búsqueda espiritual creativa a través de un proyecto. Desde la Cábala hebrea al árbol de la vida nos habla de la jerarquía espiritual y señala el camino de ascensión a los cielos, a las cumbres, a una coronación espiritual. Dice el artista Arnaldo Molinari “Por amor a Ti Señor, llevo los árboles donde Tú me lleves”. El objetivo es salvar el alma en el proceso de llegar a la armonía con el todo. 

ROSA FACCARO
Asociación Internacional de Críticos de Arte.
Buenos Aires, Argentina

Personajes y sus Biografías