El Niño, El Arte y La Paz

Formar Generaciones para la Paz


MUSEO DE LOS VECINOS CALLES DE LUZ Y DE PAZ

INTRODUCCIÓN

Las calles de Luz y de Paz se encuentran en el distrito de Miraflores en Lima-Perú. Comprenden las calles:

  • Av. Petit Thouars cuadra 46
  • Calle Domingo Orué Cuadras 2 y 3
  • Calle Carlos Tenaud Cuadras 1 y 2
  • Calle Salaverry Cuadra 2 

Estas 7 cuadras que en forma conjunta la Municipalidad de Miraflores, los vecinos de estas cuadras y el artista plástico Arnaldo Molinari la han transformado en un espacio de convivencia cotidiana con el Arte, las flores, las plantas, el color y las luces. Integradas en un área de siete cuadras con un concepto unificado en un sentido espiritual y artístico referenciada todas las 173 obras de arte a los 150 Salmos de David y a la Paz.

Caminar por las calles de Luz y Paz es ingresar a un espacio invisible que nos conecta con el Alma a través del Camino de David en el Viaje de los Árboles.

Viaje, Camino, Infinito y Luz.

En este caminar con alegría se elevan las Almas y se iluminan con la Luz de los Salmos de David, con la Luz de la Sabiduría, con la Luz de la Paz.

Los Salmos de David nos guían en este recorrido de las calles como Ángeles Protectores con sus palabras de Sabiduría y Bondad, a través de las Obras de Arte y los cálidos y hospitalarios vecinos.

Cada obra de Arte de Arnaldo Molinari está  referenciada a un Salmo de David y en cada Cartel explicativo de cada Obra se encuentran extraídos una frase del Salmo, una reflexión del Artista más los datos correspondientes a la Obra.

La conexión con el Alma de uno y de todos.

Las calles de Luz y de Paz transitan el puente de comunicación entre vecinos y transeúntes tan cercanos y tan distantes, tan conocidos como conocerse, pero tan próximos “que no nos habíamos dado cuenta”.

“TÚ ERES MI YO MISMO”


CALLES DE LUZ Y PAZ / LA CALLE – El ARTE – LOS VECINOS Y LO QUE NO SE VE

El arte en su totalidad está compuesto por actos creativos que se expresan en una relación vinculante. El acto creativo no es aislado, y sólo existe en relación con la multiplicidad de actos que se suceden al infinito.

La verdadera obra se crea a través de la experiencia sensorial como resultado del encuentro entre los espectadores y la obra, y por la invisibilidad ineludible de ese encuentro.

Lo invisible como realidad omnipresente. La verdadera obra no escapa a esos designios. Existe y se nutre de esa doble dimensión.

La invisibilidad afecta imperceptiblemente la estructura interna de una realidad, movilizándola hacia un universo percibido mediante la intuición, que se abre a espacios inéditos que conectan con el alma. Espacio dentro del espacio; espacio sobre el espacio…

Al entregamos a esta dimensión de lo invisible, descubrimos el secreto de los canales del cielo. Ellos nos transportan al estado fecundo de nuestra esencia que se integra en un mundo diferente: el mundo de la paz.

El mundo de la paz está en el sustrato de la propia esencia de cada uno vinculado a la calle, al vecino y a las obras, que se funden en una sola forma de existencia colectiva.

La violencia no deja de ser violencia; la maldad y la corrupción no pierden la identidad de ser ellas mismas. Pero nos alejamos, y ellas se alejan cuando emprendemos el camino sin retorno hacia el interior de un nuevo universo. Ahí construimos un espacio de reunión entre vecinos, de experiencia común, cambiando nuestros vínculos, transformándonos en tanto sujetos que existimos en comunión gracias a un lazo que se crea como gesto estético.

La cotidianidad y el arte en su vivencia dinámica frenan la velocidad de la vida actual, y se aúnan de forma natural a los quehaceres del barrio, abriendo un lugar para el silencio, la quietud, la contemplación. (“Un alto en el correr cotidiano”).

El vecino y el transeúnte redescubren el arte y la obra a cada instante, como algo nuevo, las 24 horas del día, los 365 días del año.

El autor de la presente propuesta, que incorpora el arte a la vivencia cotidiana, es el artista plástico Arnaldo Molinari apoyado cálidamente por sus queridos vecinos, quienes forman parte del proyecto aportando su voluntad, su comprensión, además de las fachadas y jardines de sus casas.

Asimismo, la Municipalidad de Miraflores adoptó este proyecto y lo hizo crecer y desarrollar ubicándolo en un lugar de importancia en su jurisdicción.

El montaje fue diseñado por el museólogo Edwin Watanabe, ejecutado luego con riguroso criterio artístico, logrando un resultado de apreciable calidad, que suscita la sorpresa del paseante, su contemplación, así como el orgullo y satisfacción de los vecinos.

En esta ocasión a través de la mirada de Aliette Bretel, podemos acceder a través del lenguaje fotográfico a este lugar de transformación y contacto humano, que ha sido configurado con el deseo expreso de “sacarlo todo afuera”.

Es importante destacar que existen dos temáticas en el recorrido de este espacio: ”Los Salmos de David y la Paz”.


MUSEO DE LOS VECINOS EN LAS CALLES DE LUZ Y DE PAZ

En el barrio de Miraflores de Lima-Perú, se encuentran las “calles de luz y de paz”, que fueron inauguradas por el Alcalde de Miraflores el 26 de noviembre del año 2009. En ese espacio, se encuentran las obras y las actividades del museo de los Vecinos.

Las calles de Luz y de Paz están ubicadas en las calles de Barrio de Miraflores.

La dirección del Museo es: www.museodelosvecinos.com

1. ¿Cuál es el objetivo principal en la creación de este Museo?

El objetivo es abordar el tema fundamental en la problemática actual: La paz. Yendo por los caminos de David trazados para amar y servir a D-S.

También forman parte de este objetivo:

  1. Poner en el espacio público abierto la organización de un Museo de Arte Contemporáneo en contacto con todo el público en general, entregándolo a la vida cotidiana, en un permanente e integrado contacto.
  2. Difundir las Artes Plásticas.
  3. Organizar, sistematizar y entregar a la comunidad la Obra de Arnaldo Molinari.
  4. Producir temas principales que va a estar abocado el Museo como La paz y los Salmos de David.
  5. Difundir La paz en el Camino de David.
  6. Difundir y hacer conocer los lenguajes artísticos

2. ¿A quién está dirigido?

Un museo de Arte Contemporáneo emplazado en el barrio de Miraflores, entre el Arte y los vecinos de la zona, dirigido a la comunidad en general, a los vecinos del barrio, a los niños que juegan en sus calles.

A todos los que quieran acercarse a las manifestaciones espirituales y artísticas.

“LA VIDA COTIDIANA DE UN BARRIO, INSTALADO DENTRO DE UN MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO, O UN MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO INSTALADO EN LAS CALLES DE UN BARRIO”

3. ¿Qué actividades piensa desarrollar?

Se piensa desarrollar en el futuro las siguientes:

ACTIVIDADES:

Exposiciones Temporarias: Artes Plásticas y visuales, etc.

Cursos: De diversos tipos relacionados al objetivo y actividades del Museo

Conferencias

Conciertos

Teatro

Poesía

Eventos Culturales En General

Proyección de Películas, Videos

4. ¿Dónde estará emplazado?

Estará emplazado en 2 países Perú y Argentina.

En Perú:

En la Ciudad de Lima, Barrio de Miraflores.

En Argentina:

En la Ciudad de Haedo – Provincia de Buenos Aires.

5.   ¿Qué objetivos persigue el Museo en su contacto con la comunidad?

Al colocar en el espacio público este Museo de Arte Contemporáneo, coloca en la vida cotidiana de una comunidad o un bario, la permanente relación vivencial y social del arte, no solamente con su Obras, sino también con sus actividades.

6.   ¿Estructuralmente como va estar conformado?

Existirá una zona de Exposición permanente y otra zona de exposición transitoria.

7.   ¿Las Obras que configuran este Museo van a ser permanentemente, van hacer viajes itinerantes, fijas, van a poder salir las Obras del Museo?

Las obras van a estar en una Exposición permanente y parte de ella podrá ser destinada a exposiciones itinerantes fuera del Museo, a otras ciudades tanto en el país como en otros países.

8.   Qué autoridades van a constituir la dirección del Museo? Estará constituido de la siguiente manera:

  • Presidente
  • Consejo Artístico
  • Asesores Nacionales e Internacionales
  • Consejo Consultivo Internacional
  • Director de Estructura Económica
  • Amigos del Museo
  • Benefactores

El Museo fue creado por la necesidad del artista Arnaldo Molinari de vincular el arte con el quehacer cotidiano del barrio, su gente y su alma, llevada a la creación de una movilización interior y espiritual dentro de la vida cotidiana de un barrio, de una calle.

Escribe Rosa Faccaro en la serie del “Viaje de los Árboles” en la obra de Arnaldo Molinari:

“En la obra de Arnaldo Molinari podemos observar un desarrollo espiritual paralelo a su proceso creativo en cada etapa o periodo de su producción artística.

Sus emplazamientos dimensionales de marco irregular geométrico, estructuran un campo de superficies flotantes, en el cual se visualiza un relato, una narración.

En esta etapa, el árbol figura arquetípica y metafórica de las Sephirot donde residen los valores de la sabiduría se hace cuerpo encarnado de un estado, de un deseo, de una movilización interior. Esto ocurre en el campo real y en el campo imaginario, en una búsqueda espiritual creativa a través de un proyecto. Desde la Cábala hebrea el árbol de la vida nos habla de la jerarquía espiritual y señala el camino de ascensión a los cielos, a las cumbres, a una coronación espiritual. Dice el artista Arnaldo Molinari “Por amor a Ti Señor, llevo los árboles, donde Tu me lleves”. El objetivo es salvar el alma en el proceso de llegar a la armonía con el todo”.

Asimismo el artista lanza un Manifiesto en abril del 2009 y la curadora Rosa Faccaro escribe en Junio del 2009:

“El hombre bueno habla con sabiduría

El hombre bueno habla con justicia”.

“Existe en todo creador el instante en que se detiene a reflexionar sobre el sentido que todo proceso artístico conlleva. Al cristalizarlo, lo habilita y compromete con un contemplador. El término “recta razón de hacer” es un legado histórico que recibimos desde los tiempos en que se consideraba ese “hacer arte para el otro”. Este objetivo involucra una ética, una conducta, un querer ofrecer al prójimo, un lenguaje artístico que pueda comunicar una propuesta sobre la verdad, el bien, y la belleza. Desde esos tiempos, hasta nuestros días, el hombre cuestiona el destino de su obra.

En la necesidad de expresar su experiencia espiritual en el encuentro con el alma, a través de la forma, el color, el gesto y la materia articulada, vemos la vocación y el deseo del artista de formular sus propósitos estéticos a esa comunidad a la que pertenece y destina ese hacer.

En su necesidad intima, busca un destinatario, y es en este proyecto, que sale desde el interior al aire libre, donde el artista Arnaldo Molinari va a propones el hombre que se detiene a contemplar las obras, una conversación amable, un discurso verbal que pretende otorgar una mayor comunicación entre artista y observador.

Así lo expresa en su manifiesto el artista Arnaldo Molinari.

MANIFIESTO DEL SIGLO XXI ANTE EL MIEDO, LA VIOLENCIA, LA CONFUSIÓN

En la calle, testimonio histórico del encuentro, donde actualmente se libra una batalla de desencuentro, miedo y violencia, queremos poner en ese espacio externo simbólico, hoy de desencuentro y miedo, una pincelada de ingenuidad acentuando la vulnerabilidad de la existencia sin esencia. Nos arriesgamos a mostramos por dentro porque lo espiritual comprende lo social.

Para buscar en la esencia. la existencia nueva y esa búsqueda espiritual, es necesario trazar los caminos de una revolución esencial de Paz. Ser revolucionarios de la paz significa dejar caer las cadenas de la esclavitud del miedo y la ambición, y “Ser” un miembro transformado en uno mismo.

Silencioso y callado mediante el sí mismo y “con el otro”, restableciendo la Justicia propia de una sociedad confusa y corrupta, no podemos ocuparnos a combatir el mal y el daño que hacen los confusos y corruptos. Apartémonos, generando un “vacío sin sentido” yendo hacia adentro, hacia fuera, transformando…………

Hacedores de la Paz y Armonía. Constructores de desiertos y de ternura, libertad total de la alegría, tesoros Indescriptibles que nos satisfacen hartamente con un banquete cotidiano.

La calle y el barrio tendrán que transformarse en el lugar del saludo y del vecino. Restablezcamos el saludo.

Será protagonista el alma, a la que le pondremos color, voz y movimiento, testimonio de una antigua y nueva civilización: del Hombre Humano.

El contacto directo con el Infinito nos dará el vehículo perceptivo de la luz que nos alumbra el alma para ver esta nueva realidad que se transforma desde el miedo, el dolor, la violencia, la manipulación y la incertidumbre.

Si buscamos la realidad no encontramos la verdad, si buscamos la verdad encontramos la libertad, en esa libertad surgirá el amor y con el amor todo, y todo es parte del todo.

Si lo buscamos a EL, en EL nos encontramos en nuestra propia decisión y libre albedrío.

No busco expresarme sino encontrarme conmigo y con el otro.

El TEMPLO ES LA UNIDAD

Arnaldo Molinari09 de Abril del año 2009

De esta manera el artista intenta completar la intención estética, de una tarea realizada a través de un pensamiento visual revelador de sentidos.

Arnaldo Molinari, luego de exponer durante siete años en Buenos Aires, Argentina, en los Ángeles Hollywood y Nueva York, Estados Unidos, en homenaje a sus dos terruños, Perú y Argentina, y conmemorando la amistad entre estas dos naciones, las cuales se asientan las voluntades de confraternidad, este artista, expone e integra sus obras en el barrio de Miraflores-Perú.

Es así que desde la primera serie “Libertad, Fraccionamiento” en el año 2001, se viene gestando esta necesidad del artista de vincular y unir lo externo y lo interno.

La calle, su gente y su obra en un vínculo cotidiano, especial y permanente.

MUSEO DE LOS VECINOS

“VENGAN A VER LAS COSAS

SORPRENDENTES

QUE EL SEÑOR HA HECHO EN LA

TIERRA.

HA PUESTO FIN A LAS GUERRAS

HASTA EL ÚLTIMO RINCÓN DEL MUNDO”

“Sabemos que todo fenómeno artístico es un canto a la vida. Desde épocas remotas se considera esta realización un acto trascendente. Dedicada esta creación a la divinidad, el hombre va a hallar en su propia humanidad, el destello de lo divino. Los niveles de esa creación asumen la jerarquía espiritual de un orden preestablecido.

Desde hace siete años con un trabajo artístico ininterrumpido Arnaldo Molinari realiza construcciones espaciales con colores y texturas, gestos y signos, que van constituyendo un lenguaje. En una especie de viaje iniciático el artista vuelve a repetir los rituales antiguos para acercarse paulatinamente al reino de la luz.

Esta travesía temporal entre dos lugares distantes es el espacio en el cual el artista ha creado una construcción religiosa y artística simultáneamente. El arte recupera el sentido sagrado de la naturaleza divina. Ha sido primeramente la Fábrica, el espacio de trabajo que fue recuperado en Buenos Aires, en la calle Querandíes, para un espacio cultural de libres expresiones multidisciplinarias, ése ha sido el primer indicio de la fuerza desplegada en una obra que sembró en su recinto un bosque que, con el tiempo se ha ido desgajando para sembrar nuevos plantíos.

El segundo lugar ha sido el templo de la c alle Pedro Goyena, donde el artista fue construyendo dos murales para señalar su experiencia religiosa, y contar con imágenes el relato visual que vislumbró durante el estudio de la historia bíblica.

Es imposible crear un sentido de lo sublime, en la soledad, y es cuando aparece su sombra, el otro, el ser que acompaña al caminante a recorrer el camino. La historia repite este eterno retorno, como un mito que vuelve a situarse más allá de toda connotación racional. El arte ha sido siempre la expresión para agradecer la creación de la vida, cada nacimiento es celebrado al mundo del espíritu para cumplir determinados objetivos. Las profecías en el antiguo testamento dieron cuenta de esta necesidad de adorar al supremo hacedor.

El hombre describe sobre la pared rocosa un lenguaje que representa un acto sagrado. Un guerrero herido de muerte. Amor, muerte y sacrificio. Son las señales de una acción convertida en revelación artística, que luego se repite a través de los siglos en forma simbólica.

“LAS CALLES SON NUESTROS PINCELES”.

Hay un ideal de la muerte de un tipo de creación cerrada al mundo, y el sacrificio del artista a favor del espíritu de todo contemplador abierto a la experiencia estética, para cumplir un nuevo rol cultural dirigido a la comunidad en que vive.

Las obras, los carteles y señales realizados por el artista Arnaldo Molinari cumplen su objetivo por su claridad y eficacia en cuanto a sus mensajes. Es el signo de nuevos tiempos para hablar de la necesidad de ver cómo se pueden convertir en la experimentación artística de sus obras al aire libre un imaginario repleto de nuevas aristas imaginativas.

Entre el arte y la vida existen nuevas implicancias que deben contemplarse y explicitar sus efectos sobre la ruptura de un marco institucional para crear un espacio de referencia cuya libertad consiste en no limitar un espacio restringido para el arte, sino liberarlo de sujeciones estrictas y programadas”.

Rosa Faccaro

Asociación Internacional de Críticos de Arte

Personajes y sus Biografías